miércoles, 4 de junio de 2008
Mi vecino de arriba
Nos conocimos por la ventana de su casa que da a mi patio.
Yo hablaba por teléfono, cuando me interrumpió para presentarse.
Me dijo que estaba de alquiler y que la propietaria era amiga suya. Le pedí el teléfono de ella, porque lo perdí y hacía días que quería hablar con ella.
Estuvimos hablando mucho rato. Y antes de concluir la conversación me dijo:
- Espera te doy mi teléfono porque...porque... (minisilencio)...porque soy muy amigo de la propietaria.
(Era una razón de peso, sí, señor).
Pasaron sólo un par de días, cuando al tender la ropa se le cayeron sus primeros calzoncillos.
Al llegar a casa, como era tarde y no había luz en la ventana, no me atreví a subir para devolvérselos.
Le envié un mensaje:
- Hola. Supongo que es tuya la ropa que ha caído en mi patio. Si quieres volverla a ver sigue las instrucciones:
indica si prefieres que te la deje en el buzón, o en una bolsa colgada de la puerta (viva el glamour), o ya pasarás.
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Su respuesta no se hizo esperar:
- Hola...Me tendrás que decir qué pieza de ropa has encontrado...no tengo claro que sea mía...Je, je!
Volví a la carga, otro sms:
- Grisom, procesemos a ver si encontramos ADN.
Y la conversación continuó con el mismo tonillo...
Hoy se le ha caído la sabana de abajo de la cama, a ver qué se me ocurre...ya estoy urdiendo un plan...
Realmente, vivir es divertido.
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Historiant la meva vida
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